jueves, 13 de marzo de 2008

gasto militar
El gasto militar contiene las cantidades de dinero público que irán a parar a fines de tipo armamentístico, militar o represivo. No solamente el presupuesto del Ministerio de Defensa es contabilizado, también otras partidas contenidas en otros ministerios, como los programas de investigación del Ministerio de Industria, las misiones exteriores del Ejército y las aportaciones a la OTAN y la UEO del Ministerio de Asuntos Exteriores, las pensiones militares, y los presupuestos de otros cuerpos armados como Policía Nacional y Guardia.
Las cifras hablan claro: para el Gobierno español matar es más importante que cuidar, curar, educar o el entorno naturalCivil, en Interior, etc.
La maquinaria militar, policial y armamentística recibirá el año que viene el 12% de todo el PGE, 23.052 millones de euros, 63 millones de euros diarios, un 5,7% más que el pasado año 2006, esta cantidad representa, comparada con el presupuesto de otros ministerios 7 veces más que para Industria y Energía, 13 veces más que Agricultura, Pesca y Alimentación, 18 veces más que para Vivienda, 32 veces más que para Cultura, 10 veces más que para Medio Ambiente, o 26 veces más que para Sanidad y Consumo.
Estamos asistiendo a un verdadero proceso de rearme del Estado español marcado por la doctrina OTAN que empuja hacia arriba los presupuestos militares de los países miembros. Un rearme que irracionalmente se pretende justificar sobre la mera dinamización económica o creación de empleo ante la ausencia de amenazas militares reales. Esta profundización en la dinámica armamentística de la guerra y la violencia no sólo es éticamente rechazable desde un compromiso sincero con la paz, sino que también es suicida pues nos coloca a los ciudadanos como víctimas potenciales.
La propuesta para hacer frente a esta realidad es asumir nuestra responsabilidad y rechazar estas políticas a través de su principal fuente de financiación: la declaración de la renta. La objeción al gasto militar la llevan a cabo desde los años ochenta varios miles de personas, que desvían una partida de su declaración, la misma cantidad que en porcentaje corresponde al gasto militar, hacia un proyecto u organización que trabaje realmente contra las verdaderas amenazas (laborales, sociales, económicas, políticas, ambientales) a las que tienen que hacer frente cotidianamente las personas en todo el mundo.